17 de agosto: San Martín

El 17 de agosto recordamos el paso a la inmortalidad del General Don José de San Martín.

Invitamos a toda la comunidad a leer el trabajo elaborado por alumnas de séptimo grado que fue seleccionado para representar a la Escuela "Florentino Ameghino"

Distrito escolar Nº 8    

Escuela nº 9 “Florentino Ameghino”

 Título:  RETRATO DE NUESTRO LIBERTADOR

                    Alumnas: Bianca Charo Dubini y Luana Abril Paiva Damonte

    Docentes participantes: Soledad Rhein e Ingrid Sanchez                     

  

 

  Soy María de los Remedios Carmen de Escalada, más conocida como “la esposa del general San Martín” y madre de Merceditas. Hoy es julio de 1823, y quiero contarles cómo es mi esposo, antes de que su recuerdo se borre de mi mente, en mi lecho de muerte. Tengo tisis, una enfermedad que me acompañó desde niña y que ahora será la responsable del final de mis días.

   Si tuviera que describir lo que pensé la primera vez que vi a mi amado sería que se notaba muy bondadoso, de buen corazón, pero fuerte y serio. Desde un primer momento supe que sería el padre de mis hijos y el hombre con el que compartiría el resto de mi vida. En ese instante, él no era más que un pobre hombre buscando la libertad de todos. Parecía algo lejano e imposible y me alegro de que no fuera así.

   Lo único que lamento es no poder pasar más tiempo con él. Es satisfactorio escuchar de sus hazañas, pues demuestran lo inteligente y estratega que es. Gracias al ajedrez sabe planear con precisión todas sus proezas y a veces,me deja asombrada. Extraño oírlo hablar de los derechos que todo hombre debe tener: ser libre, vivir en una tierra digna… lo que deja en claro su gran humildad. No le agrada derrochar mucho dinero en cosas innecesarias, siempre compra lo justo e imprescindible. Su valentía no sólo me deja atónita a mí, sino también a sus compatriotas; con los cuales lucha día a día, con una fuerza increíble. Él solo anhela que cada hombre pueda decidir su destino sin importar su color, su linaje y su procedencia.Su bondad es tan grande que me llena de orgullo su forma de ser.

   Parece como si hubiese sido ayer, ese enero de 1813, cuando partió con sus hombres a Santa Fe. A pesar de que deseaba mucho que se quedara a mi lado, pude entender los motivos de su partida. Me sentí feliz al saber que va en busca de la libertad para nuestra tierra, como el gran libertador que es.

   Siento profundamente no haber marcado a fuego vivo en mi mente, la emoción de estar entre sus fuertes brazos y cuando me besa con tanta pasión. Pero, aunque sea mi esposo, no deja de ser un líder para miles de hombres que confían en él.

   Todavía me duele ese 19 de enero de 1817, cuando mi general  junto a los soldados cruzaron los Andes. Estoy esperando volverlo a ver para que él, Merceditas y yo, estemos juntos nuevamente. Al menos hasta que me vaya, así podré conservar en mi corazón y en mi mente el cálido recuerdo de nosotros tres felices. 

  Él es una de las mejores personas que tengo en mi vida y estoy muy orgullosa de que sea el padre de mi hija, a quien amo tanto. No dejo de recordar cómo se emocionó al nacer nuestra querida primogénita. Ellos son mis tesoros más preciados y no quiero perderlos. Pero lastimosamente ese momento está a punto de llegar y no sé si estoy lista…

  Tengo la esperanza de que vuelva sano y salvo. Lo amo más que nada en el mundo. Espero que pueda vencer a los españoles y así convertirse en el héroe que está destinado a ser. 

Ojalá pueda verlo antes de partir. Es mi gran sueño… amado héroe inmortal.